La importancia de la detección temprana en el trastorno bipolar

El trastorno bipolar se caracteriza por oscilaciones anímicas independientes de las demandas y circunstancias del entorno, como resultado de la existencia de alteraciones de los circuitos cerebrales encargados de la regulación emocional y afectiva.

¿En qué consiste el trastorno bipolar?

Esta inestabilidad en el humor puede expresarse por estados de alegría, hiperactividad y euforia, que van seguidos de tristeza, desánimo e inhibición que, en ocasiones, puede ser extrema. Innecesario es señalar que un trastorno de esta clase puede afectar de manera considerable la biografía, así que es conveniente su identificación temprana y su tratamiento precoz, que es posible con estabilizadores del estado de ánimo y otros psicofármacos.

Al margen del trastorno bipolar -antiguamente conocido como psicosis maníaco-depresiva- existen otras variantes en el patrón de inestabilidad afectiva, como la ciclotimia y los estados maníacos provocados por sustancias o fármacos (como la cortisona) y por enfermedades médicas que repercuten en el funcionalismo cerebral. Como ya se comentó a propósito de las psicosis, existen trastornos fronterizos en los que se combina sintomatología psicótica y afectiva, que hacen aconsejable una pauta terapéutica mixta.

El trastorno bipolar está determinado genéticamente y puede manifestarse en la clínica con una considerable variabilidad, a veces, como característica de personalidad  (personalidad ciclotímica) más que como síndrome psiquiátrico. No obstante, aunque el término “bipolar” es de uso público frecuente, conviene no calificar así cualquier variación anímica incomprensible, aunque resulte aparatosa.

 

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